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miércoles, 13 de marzo de 2019

Él, el reencuentro.


Qué peligroso es el reencontrarse consigo mismo.
El hacerlo puede arruinar tantas cosas que debería traer consigo una advertencia:
*Se recomienda discreción.
*Úselo bajo su propio riesgo.
*En caso de ingestión, acuda a un médico. Tal vez a un psicólogo o psiquiatra.

El reencuentro llega súbito.
Uno va por la vida haciendo lo suyo: practicando un deporte, leyendo un libro, empezando una dieta… y de la nada aparece el reencuentro. Frío, retador, osado, déspota, imparable, reprochador.

Llega de golpe a juzgarte, a cuestionarte, herirte y despabilarte.
Nadie lo invitó y sin embargo se queda, hasta la tornamesa.

Hace unos días el reencuentro me encontró. Qué buen madrazo me metió. Ni un balde de agua helada me hubiera sacudido tanto.
Tan avasallador fue ese reencuentro que me obligó a renunciar a mi trabajo.

Bueno, me gustaría echarle la culpa sólo a él; pero en realidad fueron las circunstancias que acompañaron ese reencuentro las que me forzaron a tomar esa decisión.
Malditas.

Simplemente se acomodaron, se alinearon y conspiraron contra mi juicio. Ni los planetas o mi horóscopo lo hubieran podido planear tan bien.

Pero así fue. Así es. Y ahora me enfrento a la sordidez de mi reencuentro. A su incertidumbre y sus ansias. Mi reencuentro me ha colmado de intensidades adictivas. De esas que uno siente en las primeras veces. Con las que uno sueña despierto y por las noches no te dejan cerrar los ojos.

Qué malicioso es el reencuentro; nada más lo deja a uno bien pendejo.


miércoles, 12 de diciembre de 2018

40 vidas junto a ti



1, 2, 3, (Las he contado más de cien veces,)
4, 5, 6, (aunque son un mero pretexto,)
7, 8, 9, (para dejar de sentirme lejos.)
10, 11, 12, (No son tus pecas las que cuento;)
13, 14, 15 (son risas, recuerdos y besos.)
16, 17, 18 (Son miedos quebrantados y hechos polvo.)
19, 20, 21 (Son futuros que ya añoro.)
22, 23, 24 (Son sueños por cumplir,)
25, 26, 27 (y planes por escribir.)
28, 29, 30 (Son años que han pasado)
31, 32, 33 (y ciclos que se han cerrado.)
34, 35, 36 (Todos ellos para llevarme de nuevo hasta ti)
37, 38, 39 (para reinventar el ser feliz.)
40.


domingo, 19 de febrero de 2017

Numen

Me reuní con ella tantas veces.

Siempre en el mismo lugar, casi a la misma hora, aunque nunca bajo las mismas circunstancias. Recurrí a ella en varios momentos de mi vida: Los más felices, los más grises, los llenos de sentimientos y los llenos de sinsabores.

Nuestra rutina era la misma, llegaba, la miraba un momento a la distancia, me acercaba a ella y comenzaba a escribir.

Mil veces le relaté mis historias, le conté mis dilemas y le grité cada que me atoraba en una obra; más nunca me regreso una palabra. Sólo me esperaba serena a que recuperara la compostura, respiraba y me sentaba de nuevo a continuar con mis novelas. Irónicamente era lo único que necesitaba, el saber que alguien estaba ahí para apoyarme, para escucharme, para convertirse en un hogar aunque fuera sólo por un momento.

Cuándo las palabras dejaban de salir de mis manos porque no encontraban coherencia en mi cabeza o cuando el inclemente clima lo exigía me levantaba deprisa y la dejaba. No sin antes despedirme de ella y agradecerle suavemente a veces con una palabra, un gesto o una sonrisa. Me gustaba verla de lejos, dándome la espalda, esperando a la siguiente persona que necesitara de ella. Nunca vi que sucediera; pero estoy seguro que fue así. Un lugar tan fascinante y perfecto nunca pasa desapercibido.

Me encantaría conocer a los demás que estuvieron con ella. Saber si los inspiraba de la misma manera, si teníamos pensamientos similares o si al menos sus obras eran tan melancólicas como las mías.

Una verdadera musa sabe darle a cada persona lo que necesita y lo trata de forma diferente; pero seguramente su esencia vive en todas nuestras obras, de una forma u otra...

miércoles, 1 de febrero de 2017

Perverso

Me parece perverso lo que me haces...

Me parece perverso el que te adueñes de mi mente, de mi voluntad, de mi cuerpo.
Es retorcida la forma en que me hablas y lasciva la forma en que me miras.
Sucumbo ante tus atroces intenciones, deseos, acciones y pierdo todo albedrío.

Me parece perverso lo que me haces hacer.
Tanto me he perdido en ti, que me convertí en un ser sin forma, sin fuerzas. Derramada en tu piel no me queda más que narrar y repasar en mi mente lo depravado que eres:

Qué obscenas son tus mordidas.
Qué rudos son tus movimientos.
Qué descarados son tus besos.
Qué sucios son tus rasguños.
Qué fuerte tiras de mi pelo.
Qué duro es tu sexo.

Qué… Que… Qu… ¡Ah!

viernes, 30 de diciembre de 2016

Los "Por Siempre" no existen.

Los “Por siempre” están diseñados para mentir. A la mala lo he aprendido.

¿Cuántas veces pensamos que esa persona estará ahí para nosotros?
Y no me refiero a –literal- una vida entera, bastaría con al menos la nuestra.

Muchas veces pensé que ya tenía amarrados a mis “Por Siempres”:
Esa mejor amiga que vivía a unas casas de la mía y que conocía desde los 6 años.
Esa tía que, sin importar la situación, siempre estaba ahí para mí con convicción y amor.
Pasión por mi trabajo que creía infinita y verdadera.
Y bueno, ni siquiera voy a mencionarlo a él, todos sabemos cómo terminó eso, (se quedó con el perro).

Pero de una u otra forma, la vida, el destino, Dios o como quieran llamarle se ha ensimismado conmigo en esa lección: “los Por Siempres no existen, disfruta y suelta”.

A pesar de que llevo años trabajándola a regaña dientes, cada día me duele más soltar, se me hace más cansado el proceso de asimilación, de replantear paradigmas, de respirar profundo deseando que con cada exhalación todo se borre y logre recuperar el aliento para intentarlo de nuevo.

Y es que, fuera de un tema de comodidad o rutina a veces se siente que el mundo gira tan rápido que debes amarrarte al piso, enraizar para no caer.

La única solución que encontré para evitar que esto de soltar se volviera un problema:
Dejar de sostenerme de cosas, de personas y acciones.
Aunque al principio era lo más obvio, la verdad ahora eso me da pereza y en lugar de un remedio se convirtió en un pesar.
Que hueva hacer vínculos sin sentimientos, que estrés decir que sí a todo y dejar de ponerle ganitas a las cosas, como dar besos sin ceder el aliento…

Ya vi que nunca voy a ganar esta partida. Seguiré perdiendo cosas cada día que pasa y muy pocas veces recibiré/encontraré cosas a cambio para llenar esos espacios de nuevo.


Me resigne a perder, más no a dejar de disfrutar.
Y ¡Puta madre!, ya verán cómo lo voy a disfrutar…




viernes, 23 de diciembre de 2016

Su vecina es nudista.

Querido inquilino, tengo que darle un atento aviso: Su vecina es nudista.
Todas las mañanas se levanta a prender el boiler vistiendo nada más que una trusa, a veces si a la descarada le da frío hasta se pone pantuflas y en casos extremos una playera.
Su vecina es nudista y escatima en la ropa que usa en casa, en especial cuando su roomie no se encuentra. Pareciera que espera el momento justo de su partida para salir a la sala, recostarse en el sillón a leer un libro mientras toma el sol cual Acapulco en la azotea. Lagartija.
Su vecina es nudista y es probable que constantemente la vea pasar por la ventana que da a su cocina, a veces sola a veces con compañía.
Si esto llega a pasar no le tome fotografías, mucho menos las ande publicando en sus redes, mejor disfrute del efímero momento que sucede a lo lejos. Cuente sus lunares, descubra sus secretos y de vez en cuando mírela a los ojos y no a sus pequeños pechos.
No le molesta su voyerismo, sin embargo le pide discreción.
Sé que no tiene un cuerpo escultural para andar presumiendo; pero sí un alma libre y mente dispersa, la cual rara vez se detiene a pensar si usted la está mirando o si su desnudes lo ha incomodado. No lo tome a mal, bastará con poner unas cortinas o mirar a otro lado.
Su vecina es nudista y lo hace porque se siente cómoda, tranquila y segura en su casa, en su cuerpo y su alma.
Así que vecino, espero que su vecina no lo incomode y fuera de juzgarla o regañarla por vivir destapada, pase cuando quiera por un cafecito y platiquemos del resto de los inquilinos.
Puede venir solo o con su novio, en esta casa no juzgamos.
Atte: Su vecina, la nudista.

Send nudes...

Mándame fotos de esa parte de tu cuerpo que no quieres que nadie más vea.
De esas pecas que te avergüenzan, de la cicatriz que te hiciste de niño.

Mándame los borradores de los dibujos que haces cuando estás aburrido, las letras de canciones perversas que tarareas y te hacen sonreír.

Quiero ver esas frases mal hechas que salen de tu cabeza justo antes de dormir y esas caras tan raras que consideras sensuales; pero te da pena publicar.

Quiero tus faltas de ortografía y de juicio.
Tu secreta inmoralidad y tu tierno deseo.
Tus peores pensamientos y profundos miedos.

Mándame esas cosas que no le enseñarías a nadie.
Olvida las dick pics, he visto miles por DM, quiero ver algo inmoral, algo real, algo que me haga estremecer.

Mándame esas cosas tan extrañas y personales de las que sólo se puede hablar en el receso entrepiernado para tomar aire o para comenzar a vestirse.

Mándame desnudos que me acompañen en las noches frías en que no estás, cuando tu aroma se queda entre mis sábanas y piel.

Quitarte la ropa es muy fácil, lo difícil y excitante es desenmarañar tus pensamientos, tus miradas; pero sobre todo tus silencios. Esos tan largos y obtusos que me das entre cada mensaje, entre cada beso, entre cada encuentro.


Y si tu ego es tan grande y temeroso que no te deja enviarme nada de eso, por favor pásale mi teléfono a tu amigo, ese de sonrisa chueca que se muerde el labio cada que nos vemos.

:V