Querido inquilino, tengo que darle un atento aviso: Su vecina es nudista.
Todas las mañanas se levanta a prender el boiler vistiendo nada más que una trusa, a veces si a la descarada le da frío hasta se pone pantuflas y en casos extremos una playera.
Su vecina es nudista y escatima en la ropa que usa en casa, en especial cuando su roomie no se encuentra. Pareciera que espera el momento justo de su partida para salir a la sala, recostarse en el sillón a leer un libro mientras toma el sol cual Acapulco en la azotea. Lagartija.
Su vecina es nudista y es probable que constantemente la vea pasar por la ventana que da a su cocina, a veces sola a veces con compañía.
Si esto llega a pasar no le tome fotografías, mucho menos las ande publicando en sus redes, mejor disfrute del efímero momento que sucede a lo lejos. Cuente sus lunares, descubra sus secretos y de vez en cuando mírela a los ojos y no a sus pequeños pechos.
No le molesta su voyerismo, sin embargo le pide discreción.
No le molesta su voyerismo, sin embargo le pide discreción.
Sé que no tiene un cuerpo escultural para andar presumiendo; pero sí un alma libre y mente dispersa, la cual rara vez se detiene a pensar si usted la está mirando o si su desnudes lo ha incomodado. No lo tome a mal, bastará con poner unas cortinas o mirar a otro lado.
Su vecina es nudista y lo hace porque se siente cómoda, tranquila y segura en su casa, en su cuerpo y su alma.
Así que vecino, espero que su vecina no lo incomode y fuera de juzgarla o regañarla por vivir destapada, pase cuando quiera por un cafecito y platiquemos del resto de los inquilinos.
Puede venir solo o con su novio, en esta casa no juzgamos.
Atte: Su vecina, la nudista.
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